“¿No saben que ustedes son templo de Dios y que
el Espíritu de Dios habita en ustedes?”
1 Corintios 3:16, NVI.
Ahora el templo de Dios
¡eres tú! Es simple y claro Dios
habita en ti y en mi.
Ahora el templo de Dios
no es un lugar físico, donde acudamos para llenarnos de su santa presencia. Ya
no es necesario, construir piedra por piedra su templo; pero lo que seguimos
teniendo en nuestro vivir son las luchas, así como el pueblo de Israel las
tuvo, así como los enemigos de Judá querían interrumpir la reedificación del
templo; así el sistema nos DESANIMA, INTIMIDA Y SOBORNA, para que no sigamos
fortaleciendo esa relación con el Señor en nuestras vidas.
Y te podrás preguntar,
¿cómo es que soy sobornado/a, desanimado/a e intimidado/a? Fácil, con miedo y
distracciones.
- Miedo a compartir la palabra de Dios, con mis amigos (esos que no quieren saber de Dios), porque me creerán y tildarán de religioso.
- Miedo a decirle a mi mejor amigo/a que necesita la guía de Dios en su vida, porque sus acciones van por mal camino.
- Miedo a DECIRLE A TODO EL MUNDO QUE AMO A DIOS, por el que dirán...
Distracciones, ¡qué
nada te distrae! Vamos, el celular, los videojuegos, y tus amigos pueden
convertirse en grandes y placenteras distracciones.
Ni hablar, de esas
largas horas que pasas frente a la pantalla de tu computadora, chateando con
amigos que ves a diario, (no es que sea malo). Ojo, porque todo en exceso es
malo.
LAS DISTRACCIONES TE
ESCLAVIZAN.
Al sistema del mundo le
place cuando estas desinteresado en los planes de Dios, o cuando sin pasión
alguna estas sirviéndole. Y es que el sistema no se opone a que sirvas a Dios, ni
que ores, ni que vayas a la iglesia los domingos. Es problema para el
sistema cuando TU BUSCAS APASIONADAMENTE la palabra de DIOS, cuando con DESESPERO
TE RENDÍS ANTE ÉL.
El enemigo es astuto, y
aún tenemos una gran lucha, pero tranquilo/a NUESTRA VICTORIA ESTA EN LA
PRESENCIA DE DIOS.
Ahora, ¿Cómo vencer al
sistema? Oyendo la palabra de Dios.
“Hijo mío, está atento a mi sabiduría, y a mi inteligencia
inclina tu oído”.
Proverbios 5:1, RVR 1960
¿Y cómo sabes que estás
oyendo la palabra de Dios?
- CUANDO ADQUIERES MÁS CONCIENCIA Y RESPONSABILIDAD DE TUS ACCIONES DIARIAS.
- CUANDO TE INTERESA AGRADAR A DIOS CON TU VIDA.
- CUANDO TE APASIONE SERVIRLE.
- CUANDO TU PRIORIDAD SEA DIOS.
¡Anímate, cuida más el templo de Dios!