ALCANZANDO LA PERFECCIÓN

ALCANZANDO LA PERFECCIÓN

Es un desafío realmente grande, para nosotros como jóvenes pensar en la PERFECCIÓN; y aún más difícil encaminar nuestras actitudes y acciones hacia la perfección que Dios desea; pero eso sí ¡no es IMPOSIBLE!

Muchos de nosotros cuando escuchamos la palabra “perfección” o “perfecto”, nos imaginamos seguramente a una persona, cosa o situación modelo, que refleja excelencia. Y efectivamente “excelencia”, “madurez” y “modelo” son equivalentes a “PERFECCIÓN”. 

Algo curioso es que como seres humanos, no somos perfectos y una evidencia de ello es que a diario cometemos errores; nos hace falta mucho por aprender. Pero atención la obra de Cristo en nosotros esa si es TOTALMENTE PERFECTA, solo ponte a analizar por un momento en la gracia de Dios sobre nuestras vidas; que aún en las dificultades más grandes podemos salir victoriosos si nos encomendamos a él, o en aquellas situaciones donde no merecemos su amor por A o B motivo, y es cuando más vemos su amor en nosotros y nuestro alrededor.  

Ten en cuenta que somos imagen y semejanza de Dios y como hijos e hijas suyos estamos llamados a alcanzar esa perfección de nuestro Padre celestial.

Su palabra nos lo afirma en:

 Romanos 12:2

“Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto”.

Dios anhela profundamente que marquemos la diferencia en este mundo, que seamos personas agentes de cambio que muestren su carácter, y eso solo lo vamos a lograr en la medida que vayamos modificando todas aquellas acciones que sabemos que nos alejan de Dios, y que dan una mala percepción nuestra.

Eso si se trata de dar nuestro mejor esfuerzo en TODAS las áreas de nuestras vidas que incluye: nuestros estudios, nuestras relaciones interpersonales, nuestro trabajo, y ministerio.

¿Cómo voy a lograrlo? A continuación te muestro algunos ejemplos prácticos que puedes comenzar a aplicar en tu vida:

·         Obedeciendo a tus padres

Éxodo 20:12

 “Obedezcan y cuiden a su padre y a su madre. Así podrán vivir muchos años en el país que les voy a dar”

·         Demostrando que tengo un Dios perfecto, a través de mis calificaciones.

·         Teniendo tus tiempos devocionales (intimidad con Dios)

Mateo 6:6

“Cuando alguno de ustedes ore, hágalo a solas. Vaya a su cuarto, cierre la puerta y hable allí en secreto con Dios, su Padre, pues él da lo que se le pide en secreto”.

·         Mostrando la santidad de Dios en tu vida, porque su palabra dice “Sed santos, porque yo soy santo”

·         Respetando a tus compañeros.

·         Poniendo límites en tu relación de noviazgo, si es que tienes una.

·         Trabajando en tu ministerio, y si no tienes ministerio basta con que tengas el deseo de servir a los demás. Y que ese deseo se convierta en acción.

·         Pensando detenidamente en nuestras acciones futuras, algo que te puede ayudar es pensar, ¿cómo Dios actuaría en mi lugar?

  

Oremos a Dios y pidámosle que sea él actuando en nuestras vidas, que sea él que nos brinde las fuerzas necesarias para emprender este camino hacia la perfección, porque por nuestras fuerzas no llegaremos muy lejos.

Recuerda que mientras estemos acá en la tierra somos embajadores y ministros de Dios, glorifiquemos a nuestro Dios con nuestra vida.

¡Que tu y mi anhelo sea alcanzar la perfección en DIOS!